Si comprar una casa en Dinamarca siempre ha sido su sueño, sepa que este pintoresco país ha estado viviendo en una burbuja desde el año pasado: ¡la burbuja inmobiliaria! Los precios de las casas han aumentado hasta alcanzar picos tan absurdos que el Ministro de Negocios está buscando soluciones válidas para el problema.



Entre las formas viables de salvación de esta verdadera crisis de ladrillos, surge la de frenar las hipotecas sin reembolso (no tendrán que constituir el 15% de la cartera de préstamos hipotecarios de los bancos).



Uno de los principales economistas de bienes raíces dijo en 2017 que es difícil para los ciudadanos ser conscientes de estos cambios. En realidad, después de un año, esta pesadez se siente, ¡y cómo!



Tratamos de alentar a los propietarios a que examinen las nuevas reglas para evitar este rebote de precios, que, según las estadísticas, podría continuar sin interrupciones si no se controlara.



Sin embargo, muchos economistas temen que el control de los precios de la vivienda pueda causar una espiral descendente, frenando el desarrollo de los precios y limitando la competitividad.



¿Es esta la peor situación? ¿O sucederá cuando el mercado se esté desinflando?



Los pensionados son los más afectados por esta incomodidad, ya que, al tener bajos ingresos, no pueden hacer frente a este período de "ladrillos dorados".



El año pasado se invirtieron alrededor de 50 mil millones de coronas en el área residencial, lo que hizo un desarrollo significativo.



La mayor parte del capital vino del exterior (casi la mitad).





Pero al parecer, todo esto, quizás demasiado agitado, ha traído un auge de precios que no parece querer bajar.





A pesar de que en 2016 Copenhague había establecido un nuevo récord, nuevamente en bienes raíces, para la construcción de 4,300 edificios residenciales, parece que ahora se encuentra en una fase de estancamiento.



¡El mercado está frío, al igual que Dinamarca!